Thursday, June 07, 2007

Terrenos perdidos


TERRENOS PERDIDOS


Las cercanías no se inventan...
Encuentro una presencia escencial
inadvertida
sin tiempo sobre mí.
Una existencia de lagunas
que en un tiempo repletó los espacios
haciéndome olvidar lo cotidiano
y colmándome de sueños...
los tuyoslos míos.
¿Será que en alguna parte, en un tiempo
hemos de encontrarnos en esos terrenos perdidos?...
Es una vida establecida en trozos
tu vida y la mía ordenadas en tramos
donde los saltos temporales
se convierten en benditos instantes de hurgarse deseosos.
Pero...Los abstractos ya no lucen en mi cuarto
me he cansado de realidades abtinadas y dolientes
Falta unicamente un paso
y dejar de mirarlos sueños
abandonados en esos espacios.


Valentina Just

Sunday, November 05, 2006

Carta a ti, Inspiración

Carta a ti, Inspiración....


Aguardando el consuelo que sé; no sabes dar.El silencio reemplaza ahora las ilusiones, la tragedia de estar ciegos lo abarca todo, inundando la tierra.Yo te observo desde mi rango, lejana y caída; más bien derrotada. Las batallas nunca fueron mi fuerte, supe de guerras perdidas apenas comenzadas. Hoy claudico al sueño infernal de llevarte en mi carro, a ostentar el brillo que deja un beso. Reniego las horas perdidas, enjaulada en la barahúnda de tus palabras. Aborto el dolor. Me despojo de todo, dejo atrás las ropas fragmentadas y me aíslo en el silencio. ¿Acaso el mutismo me reconforta, o sencillamente es… que he renunciado?...No sabes como desearía crucificarte, desgajarte y como si fueras un dios desahuciado implorarte por alas y matices nuevos. Encadenarte y por un segundo poseerte entero, pero tengo que decirte, que el desfase espacial nos arrojó en direcciones contrarias, que aún estando en la misma tierra no podría alcanzarte. Y me quedo en el umbral de una puerta que no existe intentando eternizarme en un paso congelado, evitando con todas mis fuerzas, el adiós y al mismo tiempo el regreso.


Valentina Just

Friday, June 30, 2006

Recortes de una novela inconclusa




Se sentó en el piso esperó que la luz se llevara todas las imágenesque sus ojos ya no vieran las camas ni los cuerpos tendidos sobre ellas ni la luz que entraba cortada por los barrotes.Se meció por horas abrazando sus rodillaspensando en ély lo que parecia una muerte sin sentido.Lo supuso tan delgado que la piel transparentaba sus venascon los ojos vacíossin pupilas.
También se figuró a Isabella enrejadacontenida en un espacio lóbrego sentenciada a la soledadal aislamientoAhora su mismo encierrosu mismo veredicto coexistiendo con los que aún son considerados vivos.
Comenzó a sentir el frío metiéndose en su vientre hasta clavar sus entrañascomo si fuera un soplido helado apaciguando el dolor de estar sola. -Que hermoso es el frío que apaga, que desvanece-sólo permanecen los párpados abriéndose y cerrándosecon la lentitud de un columpio que ha quedado vacío
y que infinitamente dulce la sensación de ir deshabitandoabandonando el cuerpo hasta el olvido.¿Isabella recuerdas cuando morí?¿Cuándo de tu mano ya no crecían flores y me olvidaste?¿Soy yo tu Jazmín, la flor que murió en tus manos ¿O quizá permanecí contigo?en ti,¿como un fantasma incrustado en tus huesos manando angustia?

......................

El final no llega...
Las paredes se agrietan, los rostros se pegan al piso en una ultima plegaria...
La materia no muere,. sólo se transforma.
Los brazos del ente se alargan... empieza a abarcarlo todo...un manto gris cubre el aire, apagando, acallando a los insectos y los pájaros, trasformando el pasar del tiempo en una masa densa y elástica que se corta sin esperarlo o que resiste y se alarga más allá de lo imaginado, el hospital, la cuidad, los prados, la isla completa está evolucionando, cambiando a cada instante, como si el lugar fuese el experimento de un dios fastidiado. El calor húmedo gotea por las paredes formando gruesas capas de moho que se derrite manchando el piso ... el final aún no llega, los rostros se funden... difuminándose en lo oscuro.

...................

....Recortó imaginariamente la figura del siquiatra, para luego insertarla en otro espacio, deseaba verlo lejos, rodeado de muros, inmerso en su propio mundo hostil. Notó que el hombre se veía tenso, con una seriedad que llegaba a la preocupación extrema, sus manos apretaban los informes con irritación.Ashlock caminó hacia ella con un gesto duro, miró los papeles que ya estaban ajados, musitó algo que Aniuka no alcanzó a entender. Luego el hombre volteó como llevado por un torbellino tan aprisa que debió ayudar con una de sus manos a poner en ruta su pierna ortopédica, que a cada paso parecía trabarse por la cólera contenida.En ese momento la enfermera Núñez ayudaba a algunos rezagados a unirse al grupo. - “Yalick está muriendo”- fue la breve frase que alcanzó a oír Aniuka apenas musitada por Ricardo, que con evidente malicia comunicaba uno a uno a los internos. Sin querer se sostuvo del brazo de Ricardo que lucia su cabeza rapada y llevaba varias prendas desordenadas sobre un tórax huesudo, se veía que el hombre no cambiaba sus ropas, simplemente las colocaba una tras otra sin quitar la anterior. Caminaba torcido simulando ser un pordiosero.Aniuka se desprendió del brazo de Ricardo con aversión. Caminó ligero hacia los dormitorios.Los pacientes tapaban el paso... unos de pie, otros en el piso, o sobre sus camas con sus trajes holgados y largos, como si fueran payasos abandonados de algún circo, aun con una sonrisa fingida pintada sobre sus rostros. Una voz interna le llamaba a estar al lado de Isabella, estar unidas en ese trance donde el hilo de la vida de Yalick permanecía tirante, roído y a punto de cortarse....

Erzsébet

Friday, May 19, 2006

El hueco de unos brazos

No era un capricho, ni siquiera notaba que tras cada ausencia le mataba un poco. Alisa se sabía libre, él no iba a detenerla –tampoco podía hacerlo- Buscaba saciarsede él, abrirlo y beberlo. Reconocía que esa sed por él no terminaba nunca, y, sin embargo, no lograba estar todo un día a su lado.Le escuchó decir- “Un día de estos tenemos que hablar”-Sonrió apenas. Para ella “hablar” no le iba. Esperaría el día, y otra vez le callaría la boca a fuerza de mordidas y lamidas, convirtiéndose en la cachorrita, que no habla, ni escucha, ni entiende...
Sólo busca el hueco de unos brazos tibios.

Erzsébet

Se dejó tocar...

Ya no importaba lo que cualquiera se le ocurriera decir, ni los gruñidos rabiosos del viejo, ya se habia acostumbrado a esos tratos.
Alisa sabia que las noches solitarias eran las mejores.
Cerraba la puerta con cerrojo, dejada la ropa esparcida por el piso y se dedicaba a mirar las ventanas del edificio contiguo mientras fingia fumar y beber, por si uno de los vecinos la observaba sin ella notarlo. Debía mantener su imagen ante el público, pues sabía de actuación y de llevar su papel hasta las últimas consecuencias. Le pareció ver la sombra del pintor que iba y venia y luego el mantenerse estático frente al lienzo. Imaginó ser su modelo...Como un disparo de flash se encontró en la habitación, no debió desnudarse pues lo había estado siempre, no debió decir palabra pues el estar muda era su mejor virtud, aunque a muchos les pareciera motivador escuchar los grititos cortos que dejaba escapar cuando alguien se pasaba de la raya y comenzaba a hacerla sentir viva. Se dejó hacer, se convirtió en alimento para él, se dejó tocar con la mirada, se sintió perturbada y sin embargo no lloró como lo hacía a veces cuando alguien la miraba con dulzura. Se transformó en óleo, en pincel y en tela...mientras su sombra a varios metros al otro lado de la calle, en la ventana de la luz apagada, para ser más exactos, se trasformaba en nada.

Thursday, April 13, 2006

¿Era neceario todo eso?

Alisa recorrió con la vista y se encontró a oscuras.

Aún quedaban imágenes en su mente. Recordó el lago intensamente azul, y los colores obsenos de la tarde en que iba a dejarse ir, recordó la sensación del agua metiéndose en su boca, quemando sus ojos, enfriando su carne, incluso advirtió la diferencia de temperatura cuando el líquido abrió sus piernas y la invadió despacio. luego las esferas de aire subiendo, escapando de su boca. Seguido, una boca pegada a la suya devolviéndole la vida, pensó en las princesas de los cuentos y en un despertar sereno, pero los espasmos produjeron un vomito liquido sobre su cara.

¿Era necesario todo eso? se preguntó mientras le cerraban la puerta y la ponían a salvo. Una sensación de hastio se quedó en su rostro y cerró los ojos, mientras la habitación la obsorbía sarcástica. Deseaba no volver a sentir hambre ni sed y por fin consumirse.

Monday, December 26, 2005

Pesadilla




Creyó estar en una pesadilla que no le pertenecía,
intentó sonreír sin lograrlo, notó una cámara fotográfica en sus manos...
Buscó quien oprimiera el flashpara quedar grabada en una imagen estática donde no existieran los mañanas, los ayeres no importaban pues los había dejado atrás cuando cerró la puerta. Nuevamente se vio en la buhardilla, donde reinaba un solo mueble; una cama.
tomó el insecticida para exterminar el miedo.
Esparció sobre el lomo negro que raptaba a sus pies.
Vio a la alimaña entre sus pechos y como si fuera la ultima esperanza
vació el tarro completo sobre su propia piel.

Erzsébet

Se atrevió a volar



Alisa escuchó el crujido del cuerpo cuando quiere apartarse del alma. Necesitó una vez más ser desconectada y sabía que él era la respuesta. No pudo mirar sus ojos mientras le sonreía rogando por la sensación del humo que la evaporaría.
Las personas desaparecían y como si se tratase de una actuación las cortinas se descorrían. Imaginó la expresión del hombre sin levantar la vista, -ya había aprendido a fingir-... Los tragos se quedaron sobre la mesa del bar, las baldosas del baño enfriaron sus rodillas , el lavabo sonreía burlón dispuesto a tragarse el vomito posterior a la eyaculación, las moscas dejaron imprevistamente su vuelo para observar el cuadro. Otra vez la muñeca era descuartizada, transformada en trozos. En el hueco de la boca un objeto taponó el quejido, las piernas cayeron a los lados y los dedos se cristalizaron. Alisa se atrevió a volar en el cuarto hasta llegar al espejo... se vio rota, pensó en terminar ese primer acto de la manera usual... el telón caía mojando piso.

Erzsébet

Muñeca rota




No lograba cerrar los ojos sin el vaivén mecánico que lo produjera, sus pupilas inmóviles quedaban clavadas en el observador como si esperaran una respuesta.
Todas las noches era sumergida bajo las sabanas donde por fin lograba un parpadeo. Imaginaba verse a si misma sin la rigidez de la muerte. Menos en esos momentos donde necesitaba ser rigurosa en el movimiento de la pelvis y también de los labios. Frunció el ceño, relajó los brazos, sus ojos se quedaron abiertos, y, otra vez se convirtió en muñeca rota mientras su cuerpo comenzaba a flotar para luego hundirse hasta la asfixia bajo las sabanas.
Erzsébet

Zapatos Rojos




Decidió beberse las lagrimas mientras la madre sepultaba otra vez al padre. Los golpes habían sido demasiados, pero sabía que él se levantaría otra vez, como después de cada borrachera.
Alisa comió apenas, pensó en suicidar su boca, pero lo único que hizo fue salir.
La respiración no tardó en volverse agitada, los trapos que usaba por ropa no le bastaban para sentirse puta, necesitaba el arranque inicial y como si se tratase de un motor calzó los zapatos rojos que la madre guardaba en el último cajón, el de las cosas olvidadas.
Ahora se enfrentaba a la vida misma y le parecía como mil portazos en la cara.
Luis no le negó un poco de hierba ni le advirtió las consecuencias, tampoco hizo la negativa al asqueroso beso que el muchacho pidió por pago.
Todo sentido de vida se le iba como tragado por un huracán, arrancado de raíz, incluso pudo ver que no existía siquiera un lazo que la detuvieran en casa.
Durante largo rato soportó los zapatitos que le hacían ver las piernas de mujer adulta.
No tardó en sentir tras de sí, la palabra dura que ofrecía buen pago.
La hierba hacía lo suyo, fue fácil decir que sí a todo.
La noche la tragó despacio como una tortura presagiada.
Ni siquiera se desvistió ella misma como lo imaginó otras veces donde fantaseó ser puta. Tampoco cerró las piernas, simplemente abrió la mano para recibir el pago. Se halló desnuda con el alma sangrando en finas gotas y pudo ver que aún llevaba los hermosos zapatitos de color rojo.
No habría regreso, se desplomó en el pozo...

Erzsébet

Sin saber

A veces quisiera que se diera cuenta que no todo es tan bello, ni el amor tan puro, ni los sentimientos eternos.
Que muchas cosas son contradictorias, que hay belleza en lo feo... como eso que sentí, ese dulce palpitar entre mis muslos, un tic tac eterno que me hizo morir por un segundo. Que se acepta incluso lo grotesco, y lo peor; sin saber la razón.
Erzsébet

Cautiva



"Porque cuando un niño no puede verse en los ojos de su madre, tampoco podrá verse en ningún otro espejo. Pero qué fría morada la mirada de una madre que no ve a su hijo. Verlo significa reconocer su existencia; no verlo, negársela".


Cautiva
Creo que sin usted, el ático es más oscuro, tanto que a veces creo que la oscuridad va a ser que yo misma desaparezca. Quizá sea lo mejor...
Erzsébet
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